lunes, 22 de octubre de 2012

Is it worth?

A veces me sorprende la volatilidad  que tienen los sentimientos. 
Lo que hoy hace que se te desangre el alma, mañana puede producirte una leve tristeza. 

Esto hace que me plantee muchas cosas cuando afronto una situación. Extrapolo mi mente hacia el futuro y finjo hasta la aprehensión que en realidad no me importa.

He llegado a creerme tanto mi propia interpretación que he llegado a dudar de la veracidad de mis sentimientos. 
¿Era dolor? A veces el orgullo y el ego se vuelven protagonistas en una unión de sentimientos provocados. 


Cuando las acciones ya no te importan. Cuando el pasotismo se vuelve hecho y la tolerancia se convierte en indiferencia. 

Me ilusiono con la misma facilidad que abanico las expectativas y las hago desaparecer. Cuestión de prioridades. Hay quien lo llama amor propio. Yo lo llamo efectividad emocional. 

Acabas de hacerle el amor, y los segundos parecen horas en tu cabeza. Pasado el calentón no queda más que unas risas forzadas y una camisa desabrochada. 


Y ésto hace que me pregunte "Is it worth?"








4 comentarios:

CBC dijo...

Viendo la parte sexual: si has gozado como procede en estas situaciones, compensa.

Creo que el problema está en eso de "hacer el amor". Seria más facil hablar antes "oye tú, ¿esto es follar como cabrones o sexo con amor?".
Pero claro... entre te cojo el paquete, besico aqui y toco allá no es plan de preguntar por esas cosas... se pierde la magia.

De todas maneras, los sentimientos no son volatiles por pura definición.

Son como... los agujeros: un agujero es un agujero. No puede haber medio agujero o agujeros grandes porque... sigue siendo un agujero. Da igual lo que le pongas al lado como adjetivo... es un agujero!

Tonetxo dijo...

Leo tu entrada y una alarma se enciende en mi cabeza. Hace un tiempo conocí a alguien que decía que, llegada a una edad (de maduración y experiencia vital), sentimientos como el amor le habían pasado a un extraño plano en el que la intensidad y perdurabilidad no se parecían a antaño. Le ocurría que la pasión, el deseo, las ganas de otra persona, le desaparecían con preocupante velocidad. Se ilusionaba, hacía proyectos, se implicaba en un tiempo razonablemente corto, pero sorprendentemente en un intervalo similar todas esas sensaciones, pensamientos y sentimientos se esfumaban. En aquél momento entendí que yo era parecido a ella y me preocupé bastante. Hallé respuestas para un montón de preguntas que arrastraba desde hacía tiempo.
En fin, espero haberme equivocado en tu interpretación y deseo que no estés tú en la misma tesitura y que no te ocurra igual, porque no se vive igual de bien cuando el verdadero amor te acompaña mucho tiempo.

Beso

Pitt Tristán dijo...

Lucía, escribes textos muy emotivos, llenos de ese sensitivo y animal trino del alma, pero, en la realidad, lo que nos "pasa por la cabeza" en un momento dado, es decir, los pensamientos, no somos nosotros: nosotros somos nuestra mente.
Si crees que esto es sólo palabrería haz el siguiente ejercicio: cierra los ojos, vuelve a cuando eras una niña, siete u ocho años, piensa y visualiza lo que entonces te preocupaba -que te preguntaran en clase, tener que acostarte temprano, ponerte una ropa que no te gustaba... Después visualiza cuando tenías veinte años -si no los tienes todavía- y repite el mismo ejercicio. Vuelve al momento actual y comprueba que es lo que ahora te preocupa, o te asusta, o te crea incertidumbre...
STambién son pensamientos, tu mente es tu ahora, tu persona es tu mente y, permítime añadir, que tienes una mente como para estar orgullosa.
Los pensamientos son las nubes -vienen y van-, el cielo (en la metáfora) sería la mente.
Perdona por la charla.
Un fuerte abrazo.

Rocío Andréu dijo...

Hay personas con las que no se da para más...

p.d. Me ENCANTA el tatuaje