Cuando ves de lejos que algo no va. No le des más vueltas.
Agotar tus silencios no servirá más que para desesperarte.
Puede ser que tus últimas diez huidas funcionasen. Y con ésta , hagan once.
Cuando lanzas piedras al río, esperando ver surcos crecer y sin embargo se hunden sin dejar rastro. Algo falla.
No te culpes, te has entrenado para lanzarlas bien, pero hay ríos demasiado caudalosos. Con demasiada corriente , y absorben tus piedras sin esfuerzo.
Recuerda que por mucho que grites a veces no hay eco.