lunes, 16 de enero de 2012

Pensamientos fugaces (II)

¿Dónde está la fina linea que separa una segunda oportunidad de un " ya es tarde"?

24 comentarios:

Rorschach Kovacs dijo...

Lo primero que he pensando es "un condón roto" pero seria demasiado vulgar comentar algo así en un blog como el tuyo.
Supongo que encontrar un gato sin nombre bajo la lluvia no implica que los protagonistas acaben juntos.
vale, ya me voy a acostar. un beso.

Raikkkonen dijo...

Está en la bondad y/o caridad de tu único elegido

Anónimo dijo...

Eso no lo de decides tu, sino el el corazón. Aunque la cabeza te diga que no, todas las evidencias te digan que no, todos tus amig@s te digan que no, ... es algo que creo que no hay que pensar, ya que aunque al poco tiempo te arrepientas, con los años podrás decir con orgullo "hice todo lo que pude".

Ahora bien, si no te quedan ánimos para es oportunidad, que le den por culo.

Fdo. Vivo con CBC.

Unknown dijo...

Entre el egocentrismo y el orgullo de las personas. Besos paisana!

La otra Madame Popova dijo...

Qué buena pregunta. Creo que todo el mundo merece segundas oportunidades, el problema viene cuando no es la segunda. Viene cuando es la tercera oportunidad, la cuarta, la quinta...

Lo que yo me planteo es cuántas oportunidades se merece y si realmente las quiere.

^^ MUAAAK!

Rocío Andréu dijo...

Yo creo que no existe...

Nicolás Jarque dijo...

Lucía, en la ilusión y las ganas de seguir adelante, o en la resignación y hastío que uno sienta por esa relación. Es tan subjetivo que sólo el corazón creo que puede contestarte.
Bessets.

Rocío dijo...

Luciiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiía!!!!!!
Anduve alejaita :( pero ya volviiiiiiiiiiiiiií!!!! Gracias por tus visitas y tus palabras =))))

Y aquella línea de la que hablas, la dibujamos nosotros mismos con nuestros actos... :/

Un abrazo peruanísimo y un besuquito muy apretado!!!!!! ;)

Rocío dijo...

P.D: Rorschach me mata con sus primeros pensamientos XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD!!!!!!!!

alp dijo...

la distancia depende por desgracia del que tiene que darla...no del que desea recibirla..un beso desde tu tierra...

MDoc dijo...

Demasiado espeso para dar una respuesta acorde a tu pregunta. Aún así me apunto.

Depende de a qué latidos por minuto sea capaz de hacerte bombear cada pensamiento de su persona.

Un besico y ánimo guapa!!!!!!!!

Una dijo...

Qué buena frase. Y qué cierta, cómo te queda la cara tras escuchar esa frase, cuando esperabas tú otra oportunidad más.

Tropiezos y trapecios dijo...

¿Quién puede decirlo?

Quizás hay que hacer caso a aquello de: "no dejes lo que puedes hacer hoy para mañana".

Quizás sea la única manera de no llegar tarde a las segundas oportunidades...

Anónimo dijo...

No lo sé... pero creo que depende de si ha aparece alguien nuevo durante la espera.

Un saludo ;)

Mr. Rific dijo...

El tiempo es relativo, dijo Einstein... ¿quiénes somos nosotros para contradecirle? :)

Anónimo dijo...

fiiiiiiiiiiiiiiuwww........

Sergio DS dijo...

Supongo que el día que dejas este mundo, hasta entonces cualquier decisión, incluso la resistencia al cambio, es una opción escogida. Lo triste es lamentarse.

Tonetxo dijo...

No está en ningún sitio porque no existe esa línea. Ambos conceptos subsisten en dos mundos complementarios y tú decides por cual de ellos te pasas. O por ambos. O por ninguno. Sólo depende de tu deseo.
Beso de nene simple.

A. Sandler dijo...

Probablemente no sea ni una línea y menos recta,...pero me ha dado que pensar!

saludos;)

A Solas Con Lucía dijo...

Gracias por todos vuestros comentarios, no sé con cuál quedarme... jajajaja bitelino, el tuyo es muuuuy constructivo eh? jajajajaj

Un beso a todos, por fin acabé los exámenes...!!! Deseando estoy de ponerme al día con muchos de vosotros :)

Anónimo dijo...

Lo sabes!! xD

FlorVenenosa dijo...

La cuestión es que ese dónde siempre está en alguien, y si no es en tí misma...habrá que investigar.

Creo que me voy a quedar por tu blog, me ha gustado!

josé ángel dijo...

creo que tiene que ver con la compasión más que con el amor.

adam tate dijo...

Está en el lado del fracaso.
Siempre la vemos cuando ya es tarde.

Cuando recibimos la segunda, la tercera, la séptima oportunidad ni sospechamos lo cerca que estuvimos.