domingo, 7 de octubre de 2012

Cuanto más lo rompas, mejor lo arreglo.

La impotencia de no saber qué hacer, qué decir, qué pensar. 

De repente mis besos no son necesarios. Las ganas de verme se esfumaron tan rápido como el humo de un cigarro. 
Nuestras miradas ya no tienen complicidad, y eso hace que  retumbe en mi cabeza si es que alguna vez la tuvieron, o solo existían en mi pensamiento. 
Mis roces fortuitos no te erizan la piel, ni mis palabras te hacen sonreír de la misma manera. 

De repente todo desapareció, y lo peor es que me culpo porque sigo buscando tu mirada , provocando tu roce y necesitando tus besos. 

Y lo que debe desaparecer son mis recuerdos, porque cada vez estoy más segura de que ni siquiera existieron. 

7 comentarios:

La otra Madame Popova dijo...

=´(
Sé lo que es eso.. cacafuti del rico.
MUAAAASS

Nicolás Jarque dijo...

Lucia, es dura esa situación helada que se vive cuando ya no hay amor entre dos personas, y una de ellas, aún espera recuperarlo. Pero nadie dijo que el mundo fuese perfecto.

Por otro lado quería añadir, como he leído haca poco, que los recuerdos no son verdaderos, son una imagen desvirtuada del recuerdo que vivimos, nunca el original.

Besos.

Rocío Andréu dijo...

Si ya no hay nada que mirar... ¿QUé miras?
A otra cosa mariposa... ;**

Contraindicado dijo...

Soy de los que pienso que las
Miradas nunca mueren...

TORO SALVAJE dijo...

Esa desorientación emocional me despierta ternura y también me resulta muy familiar.

Besos.

ohsinopeus dijo...

el verso final, que caído del resto con peso propio y epítome devastador. muy hermoso.
un beso.

Tonetxo dijo...

Soy incapaz de añadir nada a tus pensamientos. Que son míos,o así los hago. ¿Qué pensar? ¿Qué hacer? ¿Qué actitud tomar? Todo se escurre...

Beso